Quiérete mucho martes, Mar 23 2010 

Nosotros somos los únicos responsables de nuestra vida, de nuestra felicidad, de nuestro progresar hacia adelante.

Creerse que superar los escollos del camino es un ejercicio que únicamente atañe a nuestros pies, a nuestra voluntad, a nuestro esfuerzo, es la pieza fundamental que ha de mover los engranajes de nuestro cerebro; y sólo así podremos seguir escalando los peldaños de la vida.

A veces la tarea más fácil es descargar nuestras miserias en las espaldas de lo ajeno, pero es un mero acto de vandalismo contra nuestro propio cuerpo y mente. A veces es difícil, muy difícil, mirarse al espejo y decir: «¡Pero qué guap@ soy y qué bien me siento! ¡Hoy me voy a comer el mundo porque no hay nada ni nadie que pueda conmigo!», pero es necesario.

Y es necesario si de verdad nos queremos a nosotros mismos, a nuestra pasión por la vida y a nuestro espíritu.

Cuando terminé de escribir mi libro -Ensayo sobre la vida que no entiendo-, decidí editar 2 copias en papel, impreso como son realmente los libros que trascienden (con la esperanza de que algún día esa edición se vea reflejada en múltiples ejemplares, claro, pero hasta la fecha he de decir que sólo está en eso, en mi esperanza), pues bien, una copia fue un regalo para mi madre y la otra era para mí, especialmente para mí, por mi tesón y mi cariño hacia aquella obra que había nacido del resultado de muchas reflexiones y mucho esfuerzo. Y un amigo me preguntó si iba a dedicármelo, a lo que respondí: «¡Por supuesto!»

Y ¿qué pondrás? -quiso averiguar.

«A mí misma, por lo mucho que me quiero.» ¿Qué, si no?

Tener razón martes, Mar 9 2010 

Eso de tener razón, tiene su miga. Todo el mundo pretende estar en posesión de la verdad, además, de la «absoluta», nada de andarse con medias tintas! Es una cuestión de política, de amistad, de amor, de familia,… nos pasamos el día batallando por tener razón.

Muchas veces se da uno cuenta de que en ese deseo desenfrenado de quedar por encima «como el aceite», ni siquiera nos paramos a escuchar (y digo escuchar, no oír) lo que nos cuenta/argumenta el de enfrente, y es una pena, porque hay tanto que aprender en las posturas y visiones de los demás… Aun cuando pudiéramos demostrar a ciencia cierta, incluso matemáticamente, que el otro se equivoca, siempre hay tanto que aprender escuchando.

Nacemos reclamando nuestros derechos y nuestras verdades con tanta desmedida (tengo hambre: tienes que alimentarme, tengo sueño: ponme a dormir), que cuando crecemos seguimos aumentando nuestros egoísmos y minorando nuestra capacidad de escuchar o de ponernos en el pellejo de aquello que está más allá del centímetro que bordea nuestro círculo de existencia.

No olvidemos que a veces, en nuestra obsesión por ganar la «batalla», llegamos incluso a cuestionar las sensaciones del prójimo, ¡qué osadía! ¡Si cada uno tiene las suyas!

¿Reflexionamos de veras sobre las palabras oídas aunque estemos convencidos de que tenemos razón? ¿Las escuchamos con el mismo cariño y espíritu que nos escuchamos a nosotros mismos?

Homenaje a un árbol caído martes, May 5 2009 

Se entristece el alma cuando, habiendo observado con cautivación, incluso podido relajarte sobre su corteza, uno contempla la imagen caída, desastrada, de un árbol que hasta el momento había sido fuerte y recio.

Se pregunta uno dónde va a poder dormir o descansar a partir de aquella visión cuando necesite cobijarse bajo la apacible letanía de sus hojas o el cálido acogimiento de sus sombras; se pregunta uno por qué aquello que ha cuidado con tanto esmero, aquello a lo que ha dedicado  tantos esfuerzos o aquello que ha colmado con tanto cariño, ahora queda reducido a polvo, o a trozos punzantes que ya no ofrecen ningún confort.

Pues es en ese momento donde uno tiene oportunidad de plantearse si aún quedará algún resquicio de verdor en su savia, alguna posibilidad de renacer al esplendor que en su día tuvo. Es en ese momento cuando se tiene la posibilidad de alimentar las células muertas y perfilar esperanzas sobre la capacidad que cada uno tenemos de reconstruir, de hacer florecer algo que pueda parecer perdido.

Quizá sean necesarios muchos años para que aquella imagen vuelva a alcanzar toda su realeza, quizá ni siquiera puedas volver a disfrutar en tu vida de aquella sensación que te hizo sonreír y comprender tantas cosas imposibles, pero no será un trabajo en vano aunque sean otros quienes gocen con el disfrute, porque aparecerán otros árboles en tu camino que, probablemente, hayan germinado gracias al esfuerzo y cariño de quienes tú ni siquiera has conocido.

Debemos ser merecedores de nuevas oportunidades y debemos propiciar que otros las tengan. Busquemos siempre un lugar donde dormir tranquilos al amparo de nuestros propios sueños.

Premio al Blog – Reconocimiento Anuario de Prosperidad Integral 2008 lunes, Sep 22 2008 

 

Éstas son las bases de este reconocimiento:

 Todo webmaster o administrador(a) de un espacio web reconocido con el ANUARIO DE PROSPERIDAD INTEGRAL 2008, correspondiente al Blog del mismo nombre en la Plataforma Blogspot se compromete, al aceptar este reconocimiento, a cumplir las bases del mismo.
Este reconocimiento debe ser entregado por quien lo haya obtenido a un mínimo de 7 espacios web (páginas web, blogs, space, etc). El máximo no está limitado eso lo decide quien lo entregue.


El criterio para la entrega de este reconocimiento es libre, pero se prohíbe que el mismo sea otorgado a espacios web con contenido pornográfico, racistas o que invite al odio.

Al aceptar el reconocimiento, el webmaster o administrador(a) del espacio reconocido debe: a) publicar un post donde se copien las presentes bases. b) El post debe llevar la foto del reconocimiento (favor bajar a la PC y subir al espacio web, NO COPIAR Y PEGAR, ya que es uso indebido de ancho de banda) c) En el post publicado siempre debe aparecer el espacio web que creó el reconocimiento, es decir PROSPERIDAD INTEGRAL , como link activo , tal como aparece aquí. d) Igual debe de colocarse el espacio web que le otorgó el reconocimiento con nombre y link activo. e) cada uno de los espacios web reconocidos deben de ser presentados en una lista con el nombre del espacio, el link o ambos, los cuales también deben de estar activos. (como activo se entiende que las personas puedan hacer click sobre el nombre o link e ir al espacio web señalado.

Este premio puede ser entregado hasta el 30 de junio del 2009.

 

Nota de este Blog: Los Blogs que he premiado, quedan en libertad de citarme, enlazarme o no, como así mismo de citar la fuente original de creación del Premio, puesto que se ha prestado a controversias atendibles por el argumento que recibió este Blog, -sobre el linkeo del Blog creador del Premio-. Dadas la circunstacias que me entero por tiempo y forma posterior al recibir y aceptar el Premio, y sobre todo posteriormente  – hoy me entero –  ya habiendolo otorgado. Desde mi Blog hago elasticas las reglas incluyendome, para lograr un equilibrio. Este Blog no acepta imposiciones de niguna naturaleza, y cuando un Artículo, Post, Premio, etc., lo que llegue a este Blog y se publica, – queda inmediatamente bajo las normas de este Blog explicitadas en la Pestaña ¨ Sobre este Blog¨, reservandose quien firma y es administrador cambiar lo que considere conveniente en función de la Ética Bloguera o por el motivo/s que interprete corresponda, siendo también derecho de de este Blog dar las explicaciones -si es que considera que corresponden-, en forma Pública o Privada, a mi criterio o evaluación, sobre cada caso en particular.

Gema Sánchez García

Comparto este Premio con:

Plano Creativo

Luis Flores Cornejo

Un planeta con canas

Neurociencia-neurocultura

Dostospos – cuarentonas reunidas

Animación Recursiva

José M.ª Garteiz

Felicidades a todos y gracias por todo aquello que compartís con nosotros.

 

Premios Bitacoras.com Edición 2008. Candidatura a mejor Blog Personal viernes, Sep 12 2008 

Premios Bitacoras.com Edicion 2008

Votar en los Premios Bitacoras.comMedio Oficial de los Premios Bitacoras.com

Generar riqueza, una terapia alternativa miércoles, Sep 10 2008 

¿Qué estamos aportando a nuestro entorno? Probablemente muchos de nosotros no estemos en disposición de plantear soluciones que mermen la crisis, los datos numéricos que en su crecimiento o decrecimiento tan devastadoramente están afectando a la sociedad, etc.; pero seguramente que haya algo que sí podamos hacer. Podemos generar riqueza a nuestra vida y a toda aquella área que podamos llegar a acariciar con nuestro aliento. Sí, podemos generar riqueza con positivismo, voluntad abierta a la construcción de entornos alegres, animosidad para restar importancia a los asuntos que realmente no la tienen y que tanto entretienen a quienes parece que no tengan otra cosa que hacer en la vida más que buscarle tres pies al gato.

Sí, podemos generar riqueza porque podemos tratar de hacer las cosas más fáciles, más sencillas para aquéllos que pasan dificultades anímicas, dificultades en la construcción de esperanzas y de sueños, dificultades en despegarse de aquellos clavos ardiendo que, en lugar de reflotar el gusto por la vida, ahogan en el olor chamuscado de nuestros dedos ardiendo.

Por muy mal que estén las cosas en nuestra propia existencia o alrededor de los acontecimientos que nos abruman, siempre deberíamos encontrar un hueco, un momento para poner una sonrisa al paisaje, a nuestros amigos, e incluso a aquéllos que se comportan como nuestros ememigos, porque seguramente estos pobres tengan bastante con el odio que arrastran y la sinrazón que mueve sus vidas, como para que no les dediquemos ni una triste plegaria que les ayude a reconducir sus actos y su predisposición, y así conseguir abandonar las inclinaciones que les conducen a esos momentos de enemistad. Sí, también podemos generar riqueza para ellos, para ayudarles a que se suban al barco de la alegría y consigan un día u otro arribar a un puerto que luzca un faro brillante y alentador que corrija el rumbo de su deriva.

Generar riqueza no es sólo hacer crecer las arcas económicas, generar riqueza es estar ahí, al pie del cañón, para dar aliento y tender una mano de cariño a nosotros mismos y a todos aquéllos a los que podemos llegar. Si al final de cada día, en nuestra cuenta del debe y el haber conseguimos algún dato positivo -sea cual sea-, seguramente habremos generado algún que otro gramito de riqueza que nuble la mediocridad y la páralisis de quienes no quieren acogerse a esta terapia.

Comprar la vida jueves, Sep 4 2008 

El precio a pagar en las distintas facetas de la vida puede resultar muy caro en ocasiones. Últimamente, con tantas situaciones tan desmoralizantes para todos los colectivos: la crisis, la subida del petróleo, el aumento del paro, la bajada de las acciones, los tipos de interés… -Dios mío, qué lista tan larga de contraindicaciones, ¡y lo que aún podría aumentarla! Y si nos ponemos a hablar de fracasos sentimentales, seguro que también todos tenemos un pequeña (o gran) colección a nuestras espaldas.

Cuántas veces nos dan ganas de tirar la toalla, mandar todo al traste y enquistarnos en nosotros mismos y cerrar a cal y canto nuestra puerta al mundo. Pero no olvidemos que siempre, cuando la inmersión en el abismo pueda parecer inminente, aparecerá una ramita donde agarrarse. Y hay que agarrarse fuerte, porque aunque la ramita, en inicio, pueda parecer endeble, a partir de ella podremos construir de nuevo unas raices sólidas que harán medrar nuevos sueños, nuevas formas de aferrarse a la vida y a sus múltiples encantos, aquéllos que, cuando nos vemos cegados por la negatividad de nuestro entorno, puedan resultarnos ocultos e incluso desaparecidos.

El precio a veces puede resultar muy caro, pero es magnífico renacer de nuestras propias cenizas, porque al instante nos sentiremos más fuertes, más vivos, con más ganas de correr hacia el mundo y decir ¡aquí estoy! Y con mayor firmeza que en etapas anteriores, porque estaremos convencidos de poder superar lo que se nos ponga por delante.

El precio puede resultar muy caro, pero yo, ¡COMPRO!

Mantener la palabra martes, Sep 2 2008 

Adquirimos muchos compromisos a lo largo del día, a veces con nosotros mismos -y ésos duelen un montón si no los cumplimos-, y la mayoría de las veces con los demás, que se emiten más gratuitamente porque dejarlos a un lado, u olvidarnos de ellos, siempre resulta más fácil.

Sabemos desarrollar una habilidad especial para buscar excusas que justifiquen por qué no fuimos capaces de cumplirlos. Incluso a veces las construimos tan sólidamente que logramos autoconvencernos de que, evidentemente, no era posible llevar a cabo tal o cual acción, y entonces emitimos un escueto «lo siento», más condescendiente que inculpatorio, con el que zanjamos la cuestión, y pasamos página.

Analizando este tema, lo que de verdad sorprende es cuando te encuentras con alguien que vende tan barato su honor y su credibilidad que ya no es capaz de despertar una expectativa en el de enfrente, ni siquiera en las cosas menos importantes; parece imposible, pero sí, me he topado con alguna persona de este calibre (afortunadamente puedo decir que alguna, y no muchas, porque sería un desastre realizar esta otra afirmación) y es tremendo tener la sensación de no poder dar valor a ninguno de los compromisos adquiridos por estos humanos.

Mantener la palabra, probablemente (y a mi modo de ver), sea uno de los calificativos más importantes con que aquéllos que están a nuestro alrededor puedan definirnos. Ser capaz de transmitir esa sensación de seguridad y de compromiso con la vida es una carta de presentación que alimentará y hará crecer todo lo que sembremos a nuestro alrededor, y será la dignidad que nos permita llevar la espalda recta (con los hombros bien atrás) y la frente erguida. Y cuando uno tiene esas credenciales, puede resultar tanto o más difícil admitir que otros no dispongan de dicha característica, o al menos no en la medida en que nosotros esperamos (por ejemplo, por dar valor también a las cosas más pequeñas, aunque sean nimiedades), es difícil porque uno, antes de incumplir, habrá evaluado muy mucho qué capacidad tiene de llevar a cabo o de que se produzca la afirmación realizada; es añadir otra cualidad a nuestro curriculum, la valentía, por saber decir NO antes que saber buscar en el «Manual de Excusas» cuál es la más apropiada para la ocasión.

Ésta es una buena vara de medir, ¿es muy grande tu «Manual de Excusas»?

La necesidad de la evolución viernes, Ago 22 2008 

Pensar en cuántas veces, a lo largo de nuestro recorrido por el tiempo, se nos plantean tesituras complicadas, aquéllas que preferiríamos no tener que afrontar, desestabiliza nuestro equilibrio, nuestra paz interior, la calma en que se mece nuestro dinamismo habitual. En la mayoría de las ocasiones desearíamos disponer de toda la información que afecta al problema, la que conocemos y también aquélla que se esconde tras frases inexactas, escenas ocultas o cobardías plasmadas en los silencios de momentos que preferiríamos no vivir. Desearíamos esa información para poder cerrar los círculos inacabados que giran a nuestro alrededor, pero esto no siempre es posible. Nos enquistamos aferrándonos a esa espera, sentados en nuestros sillones imaginarios, ésos que nos parecen tan cómodos ante la incomodidad de la situación, ésa que nos está arañando por dentro las entrañas al pensar que sin ciertos detalles no podremos tomar la decisión correcta.

Pero hay que despertar de ese letargo fingido, chasquear los dedos y ser conscientes de que hay demasiados círculos formados por cuerdas infinitas que nunca veremos unirse en ningún punto de nuestra historia, y nunca se cerrarán en ningún punto de ella porque las manos que han de hacerlo sufren de temblores a causa de sus propias enfermedades o, simplemente, han querido olvidar acercarse a nosotros.

Es el momento de afrontar esa realidad, aún con las dudas que probablemente nos asaltarán en cualquier otro momento en que nos paremos a pensar qué podría haber ocurrido si el camino elegido hubiera sido otro. Es el momento de atarse de nuevo firmemente los cordones de los zapatos para seguir caminando, eligiendo la rama de la encrucijada que menos abrupta parezca o que mejor podamos superar. Tomar una decisión siempre será la mejor de las opciones, porque hay que seguir viviendo, hay que seguir adelante, cerrar las heridas, poner nuevas muescas en el calendario de los momentos vividos. Puede ser una decisión dolorosa o desestabilizante, qué remedio, pero después, al tener la convicción de haber avanzado en el camino, nuestro espíritu volverá a saber desarrollar la capacidad de crecer y podremos mirar atrás con la sonrisa en nuestro semblante que nos porovoque el haber superado los miedos y los obstáculos que la vida nos pone en el camino.

Quedarse parado, en silencio y ciego, nunca nos permitiría evolucionar y crecer.

Con la intención no basta miércoles, May 28 2008 

Las personas estamos llenas de buenas intenciones, afortunadamente, porque esto ya implica un gran paso hacia la predisposición en el cumplimiento de algo; pero es necesario remarcar que el compromiso es mucho más serio que la intención.

Parece que hoy en día hemos descafeinado el sentido de la palabra (la cuestión se ve mucho más agravada en el ámbito profesional, pero con tristeza compruebo que también en el mundo personal se le da cada vez menos importancia a las implicaciones de este concepto, a veces hasta en las cosas más pequeñas y, teóricamente, más fáciles de cumplir). El compromiso, que para mí tiene una simbiosis absoluta con el honor -lo único que nos distingue de verdad en esta vida, por encima del dinero, la belleza o el éxito, que pueden ser bienes efímeros e ir y venir como el viento-, será siempre en cualquier parte del mundo o ante cualquier circunstancia, nuestra carta de presentación, algo que tenemos que cuidar y alimentar como el mayor de nuestros tesoros.

Y es triste darse cuenta al contabilizar cuántos síes recibimos o damos, pero sobre los que no somos capaces de dar un paso más allá de la intención. Parece que dos minutos después de haber dado esta respuesta empezamos a ver los peros de lo que ello implica, o nos invade la pereza, y finalmente, tomamos la opción de dejar pasar el tiempo, sin cumplir con lo pactado, por si al de enfrente se le olvida.

Compromiso es también decir NO (hay que ser a veces muy valiente y estar muy seguro de uno mismo para ser capaz de dar esta respuesta), pero ese NO puede significar nuestra coherencia con lo que van a ser nuestros actos, sin pretender limitarse a quedar bien con el jefe, un amigo, o cualquier otra situación que nos requiera en la vida.

¿Tan barato se vende hoy el honor como para dejarlo enturbiar por meras cuestiones de desidia o cobardía? Adquirir un compromiso y mantener la palabra dada es enaltecer nuestra dignidad y ser referente del honor y la valentía. Qué bonito que alguien, cuando tenga que describir tus pautas de actuación o tu carácter, se refiera a ti subrayando estas cualidades.

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